Estas son las primeras botellas sensoriales que he hecho para Nora, ¡¡y han sido todo un éxito!!. En internet podéis encontrar miles de ejemplos de diferentes botellas sensoriales, en la mayoría se añade algún tipo de líquido para lograr un movimiento diferente de los materiales que se introducen, yo sin embargo he optado por hacerlas en seco buscando de este modo potenciar el sonido.
El proceso es sencillísimo, sólo hay que rellenar las botellas con el contenido que más nos guste, y asegurarnos de que quedan bien cerradas.
- Botellas de plástico transparente con tapón de rosca.
- Materiales de relleno:
- Bolitas de porexpán
- Lentejuelas metalizadas
- Palillos de madera
- Arroz de colores
- Pompones de fieltro
- (posteriormente a las primeras fotos, hice otra con plumas de colores)
Lo bueno de hacerlas en seco y con tapón de rosca es que podemos cambiar su contenido tantas veces como queramos y tener botellas sensoriales nuevas y diferentes para que los peques sigan descubriendo y experimentando con ellas. Cuanto más vistosas las hagamos, más atraeremos su atención.
A Nora le encanta hacerlas rodar por el suelo, ver moverse el contenido, alucinar cuando las bolitas de porexpán quedan suspendidas en las paredes de la botella, pero sobre todo, le vuelve loca agitarlas, hacerlas chocar entre ellas y descubrir que unas suenan más que otras. Así que hacerlas en seco ha sido un gran acierto. Eso sí, ya tenemos en marcha las próximas, y esta vez si utilizaremos algún liquido para hacer flotar su contenido.
