Arena de recuerdo



No sé vosotros, pero yo soy de las que se va de viaje y vuelve con extra de equipaje por culpa de todas las cosas que voy que recogiendo de allí y de allá como recuerdo, ¡soy capaz de traerme de todo! Y desde mi viaje de novios, donde descubrí esas arenas blanquísimas de los arrecifes de coral, pues me traigo siempre que puedo (y el destino lo permite...) una botella de agua llena de arena.
Luego llego a casa, y entre deshacer maletas, poner lavadoras y la depresión post-viaje, todos los recuerdos que he traído conmigo acaban en un rincón, junto a los de anteriores viajes. Pero este año me he propuesto poner punto y final y ordenarlos TODOS. He empezado por la arena, que era lo más sencillito, y el resultado me ha encantado.